Encuéntrame en el bar Parte II (Historia Corta)






-El bar es un lugar solitario si se presta atención, ¿sabe?- 
Dijo un hombre de mediana edad pero bien perecido que se encontraba sentada a un lado de Ed, en la barra del bar. 
Ed sólo asintió y miró el reloj, eran las 6:00 en punto, aún faltaban treinta minutos para que Flor llegará, si es que lo hacía. Él había llegado tres horas antes, la ansiedad no lo dejaba trabajar, no lo dejaba caminar, ni pensar, sentía una opresión de desesperación en el pecho. 

Era abril, y muchas cosas habían pasado por la vida de Ed, había dejado de beber, había recuperado la figura que un día tuvo en la universidad, atlética y sana, la barba había desaparecido. Llenaba la soledad y el vacío con trabajo arduo y cansado. Su vida dio un gran giro con tan sólo la esperanza de volver a ver a Flor, de tenerla con él. 

-No se viene al bar sin beber alcohol, joven- dijo el hombre
-Estoy bien, gracias, estoy esperando a alguien- 
-Oh, ¿negocios o placer?- 
-¿Cómo?- preguntó intrigado Ed mientras bebía su refresco 
-Sí, aquí se viene a dos cosas, hacer negocios o buscar placer con un amor repentino o un largo amor- 
-Pues… creo que entro en la categoría de placer- 
-Todos buscamos eso al final del día, yo llevo tres divorcios y aún busco la aventura del amor, y cuando lo tengo lo sigo buscando en otras damas, ¿seguro no quiere tomar nada? yo invito- 
-Le agradezco pero he dejado de beber hace unos meses- 
El hombre encogió los brazos y pidió al mesero que cambiara de canal al juego de fútbol local.
-Pues yo vengo por el deporte, esa es la otra categoría, los deportes del demonio- levantó su bebido en señal de brindis por el fútbol. 

Por más que deseaba Ed, no podía concentrarse en el juego, o en cualquier otra cosa que pasaba a su alrededor, se sentía nervioso, sudaba frío, su pulso estaba acelerado, eran las 6:30 de la tarde en punto y no había señales de Flor. Estaba confundido, ¿Debía esperarla toda la noche? o ¿Debía irse digno de un hombre enamorado que fue rechazado? Tambaleaba sus dedos en la barra, y cada treinta segundos miraba hacía un lado, hacía la entrada. 

-Mierda- Dijo el hombre de mediana edad mientras miraba hacía la puerta del bar - Esto si que es nuevo-
Ed miró rápidamente hacía donde mismo y la vio, a su gran amor, de pie, vestida de blanco, Ed estaba en shock, era un vestido de novia. Ella entró y se paro a su lado sin decir ni una palabra, sólo agarra su vestido con ambas manos para poder caminar. 
-¡Eres el hombre!- le dijo el hombre y lo golpeó en el hombro 

Ed se levantó veloz y tomó el brazo de Flor, la llevó a una mesa con sillones, la sentó y él se sentó frente a ella, seguía impresionado, no sabía que estaba pasando ella, vestida de novia frente a él. 
Haciendo muecas inseguras él le preguntó -¿Hoy es el día de tu boda? ¿Te escapaste de la boda?- 

Ella estaba desconcertada, mirando con una expresión ida y un poco fría - No me quedó el vestido, engordé- 
-No entiendo- 
-Estaba en la prueba de mi vestido, y ¡me aprieta mucho!- 
-¡Viniste!, con todo y vestido de novia, pero lo hiciste, lo hiciste Flor- Ed tomó sus manos y Flor las apartó, 
-¿Qué quieres de mi Ed?- 
Ed no supo de que se trataba eso, no era el reencuentro que él esperaba, siempre imaginó ella entrando por la puerta del bar corriendo a sus brazos, llorando de alegría por volver a verlo y escucha las palabras más dulces en su voz, las palabras que decían que era toda de él. 

-¿Qué quiero?, te quiero a ti, quiero estemos juntos, no he dejado de pensar en ti ni un solo día, no he dejado de esperar alguna llamada tuya, algo que me diga que quisiste adelantar el tiempo para estar conmigo, alguna señal que tu siempre me amaste, eso quiero Flor- 

Flor rió de nervios, después se puso seria de nuevo y colocó una mano en su frente y con la otra se pasaba la mano por el cabello fuertemente hasta el cuello, para relajar el estrés que tenía. 
-¿Por qué viniste Flor?- 
-Porque te necesito- dijo ella molesta 
Él sonrió emocionado se iba a poner de pie para abrazarla y besarla 
-Arruinaste todo, se supone que debías de estar ahí para apoyarme, eres mi amigo, mi confidente y lo arruinaste- esas palabras pararon en seco a Ed, ella estaba muy molesta 
-Eras mi amigo, ¿crees que no quiero lo mejor para ti?, pero verte ahí parado llorando, me partió el corazón porque yo estuve una vez ahí, fuera de tu casa, suplicando que no me dejarás, pensando que podía haber hecho yo mal para que me dejarás, ¿Qué hice mal contigo?- 

Ed estaba completamente atónito, no era lo que él había imaginado, ni por algún momento cercano, salvo el vestido de novia. 
Flor se pasaba la mano por el cuello tratando de relajarse de calmarse. 
-Flor- tomó aire - viniste, viniste aquí vestida de novia sólo para verme, ¿por qué lo hiciste?, me estás matando en este momento, no sé que está pasando aquí- 

-Primero responde ¿qué hice mal Ed?- 
-Nada, fuiste la mejor, las más perfecta, fui yo el que nunca te llevó flores, el que quería libertades, el que deseaba buscar otras personas, fui el imbécil egoísta que te rompió el corazón y que ahora está frente a ti con una esperanza, una sola esperanza, ¿quieres hacerme el favor de terminar con esto y decirme por qué viniste?, ¡estoy muriendo por ti Flor!- 

-El vestido no me quedó, me aprieta, y nadie contestaba su teléfono y salí corriendo, y.. y… no sé qué está pasando- Flor actuaba desesperada 
-¿Dejaste a Roberto?- 
Flor empezó a llorar, llorar demasiado. En este momento Ed se dio cuenta de algo inmenso. Llamó al mesero y le encargo dos copas con vino tinto. 
-Ahora vuelvo, voy al baño- dijo él y le acercó las servilletas de la mesa a Flor. 

Ed se acercó al lavabo, miró su rostro de cerca, abrió la llave y tomó agua con las dos manos, lavó su rostro fuertemente, una lagrima de tristeza salió, se secó las manos, sacó su celular buscó el número esperando ferozmente que no le contestará. Sonó una vez, dos veces y a la tercera la voz amable de un hombre respondió, la sangre se fue a sus pies. 
-¿Sí?- dijo el joven 
-Hola, soy Ed- 
-¡Ed! que gusto saber de ti, ¿qué tal? ¿cómo estás?- 
-Bien, gracias- su voz era cortante y triste- Me tomé la libertad de llamarte, Flor tiene una crisis de mujeres, creo que el vestido no le quedó y salió corriendo y la traje al bar de siempre para calmarla un poco, creo que te quiere a ti- espero un momento -siempre te ha querido a ti- 
-¡¿Qué?!, ¿está llorando?, por favor si te dice que ha engordado dile que no es verdad, dile que es la mujer más hermosa, estoy cerca llegó en 15 minutos- 
-Esta bien, aquí te vemos- respondió Ed 
-Oye Ed- 
-¿Sí?
-Gracias por llamarme, en verdad- 
-De nada Roberto, para eso somos los amigos- 


Ed volvió a tomar asiento frente a Flor, ella había dejado de llorar pero su maquillaje estaba corrido, estaba tomando el vino que el mesero les había llevado. Ed tomó su copa, hizo la señal de un pequeño brindis. 
Flor lo miraba fijamente, 
-Tú eres la mujer más perfecta, hermosa y adorable que he conocido, el dejarte ir fue el error más grande que pude cometer. No puede dejar de escuchar tu nombre en mi mente.  Imaginé una vida contigo, una vida entera, imaginé la casa donde viviríamos, nuestros hijos, nuestros viajes, nuestras risas, nuestras caricias, lo imaginé todo durante estos meses-

Flor lloraba disimuladamente, sus ojos vidriosos recordaron a Ed la noche en que le rompió el corazón, el tiempo había volado y hubiera parecido un día anterior. Tomó las manos de Flor, las acarició y la volvió a mirar a los ojos  -No deseo nada más que lo mejor para ti, y lo mejor para ti está con él, no viniste por amor, amiga, viniste por tu gran corazón que tienes, porque me amas como tu amigo, y me duele decirlo, pero en cuanto dije el nombre de él lloraste como si ya lo hubieras perdido, y no te culpo, yo te destroce y el te reconstruyó. Me duele y mucho admitirlo, pero no me extrañas como pareja, me extrañas como amigo- 

Flor de nuevo lloró, sabiendo que todo lo que decía era verdad. 
-lo siento tanto- decía ella - lo siento en verdad, pero ya no te amo más, te dejé de amar cuando él llegó a mi vida, lo siento - 
Ed le brindó una dulce sonrisa -Querida amiga, ¿por qué pides disculpas?, disculpadme a mi, yo te confundí, cuando debía apoyarte-  
-La última vez que te vi, tuve ese deseo de besarte, y me duele tanto- 
-No fue un deseo, fue sólo el fin de nuestro capitulo, de nuestro círculo que estúpidamente no supe cerrar- 
-Te extraño- dijo ella
-Yo también- dijo él 
-Él te merece y tu a él- 
-Lo sé, por él volví a comer, a bailar, a cantar, volví a ver en colores, volví a escuchar canciones estúpidas y románticas, él es mi todo ¿sabes? 
-Siempre me di cuenta- 

En ese momento entró un joven alto y delgado de cabello negro, en traje, un poco apurado, Ed levantó la mano y Flor miró sorprendida 
-Lo llamé- dijo Ed

Roberto caminó rápido hacía Flor, la miró y soltó una carcajada -¿Así que huiste de la modista porque el vestido no te quedaba? 
Flor al verse vestida de novia soltó también una risa, Roberto le brindó su mano para ponerla de pie 
- Vamos cenicienta, cambiemos tu vestido - La acercó hacía su pecho para abrazarla fuertemente
No tenía a nadie quien llamar y vine con Ed- dijo ella -Engordé, el vestido me asfixiaba- 
Cariño, mírate, estás llorosa, con un vestido que no te queda, despeinada y aún así eres la novia más hermosa que he visto en mi vida - 

En ese momento Ed se dio cuenta que eran el uno para el otro. Los acompañó hacía el auto, ayudó a subir a Flor en el, no sin antes despedirse de ella con un gran abrazo y un nos vemos pronto. 

Roberto lo detuvo antes de que Ed regresara al bar. 
-Muchas gracias por estar con ella, te ha extrañado mucho, sus amigas no están en la ciudad y tu eras su único amigo, te agradezco- 
-Ya lo dije, para eso estoy, para ayudarlos- 
-¿Estarás en la boda? mañana te envío la invitación es en tres semanas- 
-Ahí estaré- Dijo Ed con una sonrisa tal vez fingida, tal vez real, estaba feliz por ellos pero triste por él
-Sólo una cosa, no trates de robarme de nuevo a la novia- 
Ed se quedó frío, ella le había contado todo y aún así Roberto le brindaba una sonrisa y un saludo sincero 
-Porque si lo haces creo que tendré que matarte- Dijo Roberto y luego río -nos vemos- 
Ed río también y se despidió de él. 

Regresó al lugar solitario en el bar, con el hombre de edad media que gritaba las fallas del fútbol 
-Oye ¿no era tu novia?- Preguntó el nombre
-No, no era- 
-¿Por qué? es muy guapa- 
-Porque es novia de él hombre que vino por ella- 
El hombre estaba ya un poco feliz y ebrio -¿Por qué tuya no?- 
-porque llegué tarde- luego pensó un poco y corrigió lo que dijo -más bien, porque es mi mejor amiga y él también lo es- 


Después pidió una copa de vino para él, sabiendo que su vida seguiría mejorando, ya había cambiado y ahora estaba dispuesto a vivir un nuevo capítulo. Vio unos momentos el juego y se puso a discutir con el hombre de edad media sobre las faltas del fútbol. Le tuvo que decir adiós a su amor, pero estaba tranquilo con la decisión que tomó, sin duda fue una buena. 
Ella se fue con el único que logró cambiar realmente su vida. 








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