Del Capitalismo al Talentismo

La nueva era:

talentismo

"El Talento Mueve al Capital" Juan Carlos Cubeiro

Estamos en un cambio de era. El nuevo oro del siglo 21 es el talento; aquél que tenga conocimiento tendrá éxito. Pasamos de la era industrial a la época del capital y ahora estamos en una nueva llamada "talentismo".

Este término, acuñado por autor español Juan Carlos Cubeiro, sostiene que la educación, la preparación, la mente y el conocimiento son las armas más poderosas para emprender y ser exitosos. (Te recomiendo el siguiente libro: El Código del Dinero de Raimon Sansó, cambiará tu visión del dinero, del mundo y del trabajo, por completo) 

Después de una época de crisis donde el capital era el principal faltante para hacer negocios, ahora en nuestra era digital el talento es más escaso que el capital.

Vivimos en un mundo globalizado sin barreras u obstáculos, lo local se ha terminado; por ejemplo Airbnb es la empresa más exitosa de hospedaje a nivel mundial, sin tener bienes inmuebles.

Las mejores empresas para trabajar son aquellas que promueven un estilo de vida significativo, generoso y donde la mayoría de los proyectos se ejecutan desde la comodidad de un café o de casa.

Y es que Cubeiro trae un nuevo léxico para esta época del talento. La palabra "trabajo" queda obsoleta, ahora decimos "proyectos". Antes hablábamos de jefes, ahora hablamos de agentes libres.

Con el talentismo se acaba el horario de 9 a 6, establecido en la época industrial. Se acaba la repetición, o sea lo que hace tu colega y 300 personas más en una misma ciudad, ahora se viven la creatividad y la innovación.

La titulación ya no es sinónimo de preparación, ahora lo importante es la capacidad y el talento.

Las pirámides organizativas irán desapareciendo y aparecerán estructuras más horizontales y colaborativas. En el ámbito empresarial lo intangible –es decir, el capital humano, los clientes, las marcas o las expectativas de futuro– es mucho más valioso que lo tangible. Nace un nuevo concepto de negocios llamado home office y el ya establecido freelance. (El homesourcing mejora la productividad en un 30%) 

En el capitalismo las empresas grandes se solían comer a las pequeñas, en el talentismo las rápidas se comerán a las lentas. Por eso la principal meta de las empresas es desarrollar talento y sobre todo motivar a la gente, es decir, que las personas sientan que hacen algo útil para otros combinado con su vida personal y pasión, cambiando el concepto de la palabra "laboral".

En México nos estamos quedando aplazados en el pensamiento obsoleto de "más horas de trabajo, mayor beneficio a la empresa", pero ¿de qué sirve pasar todo el tiempo trabajando hasta quedar agotado?

Ahora mismo en el País existen millones de personas que tienen un sueldo establecido (no de por vida) en un horario de ocho horas, que sienten que sus sueños han sido enterrados, pero aún así desean ganar más y tener un estilo de vida con significado, desean descubrir y desarrollar su talento para explotarlo y ser útil a los demás.

En el futuro el éxito y la seguridad laboral consistirán en dos cosas: mantenerse creativo y reaprender de por vida.

Bill Clinton dijo que vivimos en un mundo donde lo que ganamos es en función de los que aprendemos. Debemos invertir en nosotros mismos, la educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo, diría Nelson Mandela.

En el presente una persona que sabe, sobresale. Las mentalidades flexibles al cambio global están ganando, las acartonadas como el sistema laboral mexicano están perdiendo. Podemos convertir el talento apreciado en dinero.

Hace algunos años los ricos eran los grandes gremios o familias de renombre, ahora son aquéllos que explotan sus conocimientos y talento al máximo en la era del 2.0.

México tiene que crear talentos y ser parte de la nueva era del conocimiento; renovarse o morir. Las personas deben de estar preparadas, hacer única una marca y reforzarla.

Como dijo un gran ejemplo de talento e innovación, Bill Gates: el secreto del éxito en los negocios está en detectar hacia dónde va el mundo y llegar ahí primero.